miércoles, 19 de agosto de 2009


"Sueño con un estadio"

Dueña de una larga trayectoria sobre los escenarios platenses, la cantante Graciela Davidenko habla sobre su carrera, su vida personal y las metas que quiere alcanzar

En una época difícil para todos, más para los artistas, Graciela se permite cerrar los ojos y vislumbrar su aquello que todavía le parece inalcanzable: “Sueño con un estadio, y con la masa, me gusta la cosa enorme, avasallante, no un teatro fino y delicado”.

La cantante platense Graciela Davidenko, dueña de una larga trayectoria en los escenarios de la Ciudad, acaba de cumplir 30 años con la música y se emociona al recordarlo: “La música me acompañó desde muy chiquita. El primer show lo di a los 15 años, junto una agrupación que se llamaba Equinoccio”. Pero su capacidad artística no termina ahí, también es locutora y conductora de televisión.

Una elección de vida

Cuando era tan sólo una niña, ya había tomado la decisión más grande de su vida. En ese momento parecía un juego, pero sería lo que la marcaría para siempre: “Empecé a los 4 años tocando una guitarra sola. Pasaba horas escuchando a mi hermano, que había estudiado en Bellas Artes y ejercía la docencia musical para sanear los gastos de su carrera de médico. Pero como dice el dicho, “en casa de herrero cuchillo de palo”, nunca se sentó a enseñarme. Entonces yo, rebelde, empecé tocando 3 o 4 notas sola. Pasaba el día parada frente al espejo, tomaba un enchufe que simulaba ser un micrófono y cantaba. Me sentaba en el borde de la ventana de mi casa y cantaba mirando a la calle, y la gente que pasaba me aplaudía”.

En los distintos momentos de su vida, hacer lo que amaba le costó mucho sacrificio. Y siempre le hizo frente a los problemas, muchas veces resignando oportunidades para el ascenso en su carrera artística. “En mi época, cantar no era una profesión. Tuve que estudiar, soy Analista de Sistemas, y como no me gustan las empresas me dediqué a los chicos, a informática educativa. De eso trabajaba mientras cantaba. Un día dije: ¡Basta, yo necesito cantar!.Me la jugué y me tiré a la pileta. Yo creo que la vida es una sola, no hay que ser un kamikaze total, pero si uno se prepara y pone todo el amor en lo que hace, ya está”, dice.

Lentamente, Graciela, dueña de un carisma y una simpatía únicos, se fue ganando un espacio en el ámbito artístico de la Ciudad, pero su popularidad es aún mayor en el interior. Se ruboriza al contar que todavía se sorprende cuando la gente la reconoce en la calle y le pide un autógrafo. ”Lo triste que suele pasar es que a lo local no se le da mucha importancia, y que afuera, en el interior te vaya bárbaro. En Sierra de la Ventana tengo un club de fans, porque sin tapujos escucharon mi música y me abrieron las puertas”, señala.

Marcada por grandes personalidades como The Beatles, Simon and Garfunkel o James Taylor, Graciela eligió la música para transmitir su mensaje y cada vez que sube a un escenario se entrega por completo a su público. "Yo estoy en el escenario y es mi mundo. Es como que no pasa nada de lo que pasa en el mundo, me olvido de todo. Y el momento previo es muy fuerte, una sensación semi vértigo, nunca es un trámite".

Cuesta arriba

Con Bubbles, un grupo de cuatro chicas con voces increíbles que hacían jazz, llegó a la calle Corrientes. La banda, formada en 1989, tuvo más de cien presentaciones en los cuatro años que permaneció unida. Tocaron en la Sala 420 de nuestra ciudad y en el Coliseo Podestá.

Más tarde, con La Puerta, llegó el primer proyecto propio en el que Graciela pudo darse el lujo de comenzar a componer. La banda, integrada por Julio Lastra en batería y Pablo Silva en bajo combinaba Blues, Soul, Funk y Rock. Debutaron como soporte de una reconocida banda argentina: Los Siete Delfines.

En 1998 la cantante arranca con un nuevo proyecto y forma “Graciela Davidenko y los Picture in Picture”. Fue junto a estos músicos que compartió escena con reconocidos artistas del país, como Charly García y Babasónicos en Plaza Moreno en el aniversario de la Ciudad, ante más de 30 mil personas.

Pero su mayor orgullo no llegó hasta 2002, cuando produjo “Reflejo”, su primer disco solista. Fue presentado en Coliseo Podestá junto a su banda y músicos invitados, como Mingo Matino, Jorge Oss y Tato Finocchi. Desde ese momento las presentaciones no pararon, hasta que en 2007 decidió frenar y hacer una pausa.

“En este momento estoy un poco parada con la composición, porque con la situación difícil que afrontamos en el país es complicado sanear los gastos. Pero estoy preparándome para rearmar la banda en 2010 y volver a los escenarios. Tengo muchos proyectos”, dice Graciela.

A pesar de que cantar es su fuerte, Graciela quiso ir por más e incursionó en la radio y la TV. Hace más de diez años que hace televisión, donde arrancó con Rockcollection, un programa musical (que también tuvo su versión radial) que recibió numerosos reconocimientos, como el Premio ATVC “Mejor Programa Musical 1999 / 2000” , el Premio Galena 2001 / 2002 en la categoría “Mejor Programa Musical”, y el premio Faro de Oro 2002 por “Mejor conducción musical”, entre otros.

Actualmente sigue al aire con Modo Jazz, un programa de televisión donde se trata dicho estilo y que se emite por la señal Solo Tango, a nivel nacional y en algunos países latinoamericanos.

“Todavía voy por más”

“Para mí este es un momento importante como artista. Yo creo que está habiendo pequeños reconocimientos de toda una trayectoria tan extensa y tan energética. Creo que de a poco uno va cosechando eso, lo que te da esta carrera que para mí es mi vida. Todavía no caigo que voy a cumplir 30 años con la música”, dice Graciela emocionada.

No se arrepiente de haber resignado el momento clave de su vida por su hijo. Fue mamá a los 22 años, y por eso decidió quedarse en la ciudad y pelearla desde acá. “Quizas si fuera más chiquita cazaría la mochila y me iría a Buenos Aires, pero en el momento que lo tendría que haber hecho estaba a punto de ser madre, y no podía. Hoy tengo el orgullo de tener un hijo de 22 años, músico, casi licenciado en composición. Yo aposté a mi hijo y a pelearla desde este lugar”. “No voy a negar que se me ha caído alguna lágrima de la impotencia por no poder llegar a donde he querido. Pero no me quedo, todavía voy por más”.

La cantante no baja los brazos y reconoce que, como ella, en la Ciudad hay muchos artistas que aún no han encontrado su lugar. “Hay mucha gente talentosa en La Plata que está tapada, que no tiene ese gancho que quizás otra gente que no tiene tanto talento, consigue”, dice.

"Yo no aflojo, creo mucho, y se que en algún momento algo puede llegar a pasar. Siempre pienso en Tina Turner y en que su mejor momento fue algo muy grande…".

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